Días emergentes

Días rápidos de diciembre. Entonces, esto:

Vuelvo por el mismo sendero, a plantarme frente al mismo árbol. No sé cómo lo reconozco de entre tantos otros. Un abeto, de corteza blanquecina, poroso, con líneas resinosas aquí o allá. Arriba, las ramas se mecen y hacen un sonido como de madera antigua. Una puerta se abre para mí.